miércoles, 6 de junio de 2012

"A mi, las cosas claras"


Así como lo leyeron en el título, prácticamente así me lo dije ayer un amigo después de darle vueltas y vueltas (o eso asumió él que hacía) para formularle un par de preguntas. 

Esa noche ya cuando estaba en la cama, de pronto sentí algo húmedo en el pecho, me toqué y me dolió y fue cuando me di cuenta... de que mi orgullo había sido herido ¡¡ D: !!

Pero ya en serio, lo admito, sí tiendo a hacer eso. Pero es que de pronto se me va la onda y olvido que en el mundo real no me puedo comunicar de la misma manera que lo hago con mis lectores; en mis escritos tiendo a darle vueltas y vueltas, a dar rodeos, a esquivar la verdad para intentar sorprender a la audiencia cuando llegue al final. Pero pues con las personas no debo hacer eso. Porque no lo entienden y muchos se desesperan. Porque hasta ahora la verdad nunca había recibido queja alguna (y como es alguien a quien aprecio en serio, creo que fue eso lo que hizo que me lo tomara tan apecho).

No sé si él guste de leer, pero de ser así seguramente no le recomendaría (dentro de algunos años claro) comprar mis libros, puesto que terminaría botándolos porque nomás no voy al punto del maldito asunto (o nada más leería las partes en las que aparece él). 

Pero su insistencia en ir directo al grano me hizo analizar varias cosas, como el hecho de que en realidad no es que sea cortante al dar respuesta a mis preguntas o saludos, es que es breve y conciso. Realmente no es que fuera un "atrevido" al decir lo que pensaba es que... ¡pues eso, iba al grano! Además, hay que recordar que las mujeres hablamos tres veces más que los hombres (nosotras usamos en promedio unas 20 mil palabras al día mientras que los caballeros solamente usa 7 mil); seguro eso también significa algo... o que le irrita mi blabla o se cansa de mis palabras, o quien sabe, tendré que preguntarse en algún momento (y prometo que será así, directo al punto).

Ya ahorita no estoy enojada (pues en realidad nunca lo estuve) y de hecho agradezco muchísimo el "consejo" y sobre todo lo que sus palabras liberaron de mi (que fue muuuucho más de lo que él podría imaginar).

Es una lástima, porque cuando me dijo "pues dime, le piensas mucho, anda... tiras mucho rollo y no dices nada", cuando dijo eso estuve a punto de agarrar el teléfono, marcarle y decirle "¿sabes qué? tengo algo muy importante que decirte..."

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