sábado, 26 de mayo de 2012

El Diario de Tacho: Tacho vs las hormigas


¡Tacho está cada vez más grandote! Apenas tiene como dos meses y medio y la verdad si uno lo ve así nomás, no hay gran diferencia. Hasta que se pone a saltar como delfin drogado, a juguetear y a mordisquear es que caes en cuenta de que ya está más fuerte.

Esta tarde lo sacamos al frente de la casa, siempre amarrado para que no se salga y se nos pierda pero con la suficiente libertad para pasear por todo el porche y el jardín, y ya se va acostumbrando a la correa. Es como una pequeña aspiradora, en cuanto lo pasamos al frente se pone a olisquear todo y mi papá le llamó la atención porque al parecer... se comía las hormigas que andaban por ahí O.o No eran muchas, pero andaban tras los huesos que los gatos que en el pasado han habitado el Jurassic Garden (osea mi jardín, que comienza a parecer jungla) han dejado. Algunas andaban paseando frente a la puerta y fue lo primero que vio moverse y pues... ajá, las molestó. Bueno, en efecto, creo que se las comió, porque se acercaba a ellas y desaparecían, así que tuve que empezar a matar a las poquitas que andaban ahí. Pero en lo que apachurraba unas él se iba con otras y de pronto que empieza a sacudir la cabeza y gruñir: pues es que una se le había subido a la nariz. Logró quitársela, pero debido a que es terco como mula, se fue a "aspirar" a las demás y tres veces intentaron defenderse los insectos esos.

No pasó a más, siguió moviendo la cola feliz y corriendo hasta dónde la correa lo dejaba. Eso sí, se enojó mucho con la trinche correa cuando un niño se acercó a hablarle y Tacho quería ir con él pero pues no alcanzaba, así, por centímetros no pudo salirse del barandal (que esa era la intención) y pues furioso, como bestia salvaje se puso a morderla y ladrarle (a la correa... le ladraba a la correa ¬ ¬) pero al rato se fue el chavalito y la verdad él ni se inmutó, se sentó en la sombrita y ya.

Ah, de pronto pasó un como remolinillo y casi se llevó a los gatos, pero no les importó y se quedaron tirados dónde mismo, todos llenos de basura y tierra los muy flojonazos.

Y pues sí. Espero a que pasen los examenes finales para poder sacarlo a pasear, que temo que se ponga obeso porque todo el día quiere estar comiendo. Así que ¡¡vacaciones lleguen ya!! TT.TT

miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Lo recuerdas?


Yo recuerdo esa noche, ¿tú recuerdas esa noche? Era el último día del grupo juntos antes de las vacaciones y todo eran risas, despedidas, chistes y voces femeninas gritando "¡te voy a extrañar!". Y te vi, un tanto retirado, con tu traje negro cuidadosamente arreglado y tu enorme sonrisa, siendo testigo a lo lejos de ese momento. Entonces yo tenía un leve sabor a triunfo en el paladar y en el alma, ¿lo tenías tú?

Me acerqué con la mejor de mis sonrisas (es extraño, te veía y de inmediato comenzaba a sonreír), extendí mis brazos y cuando estuve frente a ti dije: "¡feliz cumpleaños adelantado! Ya no te veo así que te doy tu abrazo de una vez". La curva que había en tus labios se amplió aún más, y correspondiendo a mi abrazo me estrechaste fuertemente. "Que tengas unas bonitas vacaciones" agregué. Una de tus atronadoras carcajadas hizo que se me acelerara el corazón y en mi oido, muy juntos los dos, contestaste: "muchas gracias, que linda, también espero que disfrutes de tus vacaciones". 

Nuestros cuerpos se separaron después de un ligero beso en las mejillas y nuestros ojos se encontraron dejando ver una sincera felicidad. Comencé a alejarme, pero nuestras manos no se soltaron. Y caminé y caminé, y traté de zafar mis dedos del agarre pero tú los apretabas fuertemente. Voltee hacia atrás, te miré, y me seguías sonriendo. Yo no dejé de caminar. Por un momento pensé que tal vez seguiríamos así hasta que a alguno de los dos se le saliera el brazo jeje y la imagen me pareció divertida. Claro que eso no pasó: mis dedos se fueron deslizando suavemente de entre los tuyos, hubo un último roce de mis llemas con las tuyas y... se acabó.

En ese momento me sentí mayor, como la protagonista de una película romántica, de esas viejitas cuyas portadas veía muy seguido antes en casa de mi abuelita. Tú, muy guapo y de traje; yo, con mi brillante vestido negro largo. Mi papá me preguntó que a que se debía esa sonrisa pero no pude más que soltarme riendo y decirle que a nada, que solamente estaba muy feliz.

¿Recuerdas ese día? Así fue como lo sentí yo, como lo viví yo, pero ¿y tú? Pienso en ello y me brinca el corazón, es un recuerdo que tengo aún muy claramente grabado en la memoria. En realidad toda esa noche la tengo memorizada casi a la perfección por todo lo que significo, por el ambiente tan alegre que nos rodeaba a todos, porque a pesar de que no había sido ninguna clase de concurso y no hubo rival alguno, sentíamos que eramos merecedores de alguna clase de victoria.

La verdad... hago un esfuerzo y no más no logro recordar la sensación de tus brazos al rededor de mi cuerpo. Sin embargo, tu mano apretando fuertemente la mia, tú mirada, tú sonrisa, eso sí que lo recuerdo muy bien.


Bien dicen que recordar es volver a vivir <3


lunes, 14 de mayo de 2012

Llorando bajo la lluvia


De esas veces que sientes el corazón atiborrado de... sentimientos, y te urge sacarlos porque ya no puedes con el peso que esto produce. Era una de esas veces. 

Ayer por la tarde, cuando volvía a casa, refugiada bajo el paraguas no me dignaba ni a levantar la cabeza para esquivar a quienes se cruzaban en mi camino. Ni para pedirles perdón por chocar con ellos.

La lluvia caía fuerte. Era mucha, como hacía mucho tiempo no había llovido.

Amo la lluvia; el olor a tierra mojada, la brisa fresca, el tronar de miles de gotitas en el suelo, las ventanas... y cualquier superficie. Pero me gusta sobre todo porque al llorar bajo la lluvia mis lágrimas se confunden con el agua resbalando por las mejillas.

Era el momento perfecto: cerrar el paraguas, caminar y dejar salir todo eso que me estaba ahogando. Era una buena idea, así al llegar a casa no tendría que encerrarme en el cuarto y levantar sospechas. Era lo que iba a hacer. 

Pero en cuanto sentí las primeras gotas mojar mi cabeza no pude más que sonreír, ¿a quién jodidos se le ocurre llorar bajo la lluvia? Que estupidez. Caminé lo más lento que pude y cada vez que alguien me preguntaba que si porque no usaba mi paraguas con una sonrisa le mentía: "está roto, igual me voy a mojar".

Quería llorar y terminé mojando mi cuerpo con lluvia prácticamente purificante.


Es que es en serio, ¡¡amo cuando llueve!! <3