sábado, 19 de enero de 2013

La Historia del Tarántulo Carloto



No sé por qué demonios recordé esta anéctoda el día de hoy. Pero está... curiosa, y tengo que decir que es de mis favoritas =P

Sucedió el año en que mi papá estuvo trabajando en Costa Rica, y en esa ocasión él estaba aquí de visita. Eran quince días los que le daban, así que se la pasaba ocupadísimo de un lado para otro viendo a amigos, familia, compañeros y atendiéndo asuntillos que de pronto surgían o reparando algo de la casa o del carro (ah, porque daba la casualidad de que cada vez que él venía algo se habría de descomponer) y etc etc etc. Pero lo que nunca podía faltarle cuando regresaba a Chihuahua era ir a saludar a su amigo Oscar. 

Total, que esa tarde él andaba fuera y avisó que regresaba a la casa a cambiarse los zapatos y se iba a saludar al señor, así que estabamos mi mami, mi hermana y yo solitas en la casa, y como no había mucho... movimiento pues me fui a encerrar al cuarto para escuchar música. Pero cuando iba en la tercera canción de un disco de "la 5ta estación" escuché gritos en la sala. Rápido salí para ver que sucedía y me encontré el sillón mal acomodado, a mi mamá jalándo levemente la cortina hacia abajo y mi hermana con una escoba en la mano (o algo así fue). Les pregunté que si qué pasaba y mi hermana me dijo:
-Hay una araña, una tarántula en la cortina.
Como puse cara de "aahh... ¿dónde?" mi mamá movió un poquito la cortina y vi al bichillo, bien peludo y patón subiendo muuuuuy lento por la cortina. Jessy dijo que ya le habían llamado a mi papá y que no tardaba en llegar, pero por mientras pues no querían perder de vista al animalillo. Y ya, ahí nos estuvimos vigilándola, y le puse Carlota :)

Al ratito llegó mi papá, analisó la situación y finalmente tomó un botecito de nieve de como dos litros más o menos y con la ayuda de la tapita fue bajando a la tarántula hasta que esta cayó en el bote y lo tapó. Y fue cuando nos dijo que no era tarántula, que era tarántulo porque tenía las patas largas y su abdomen no era tan redondito, más bien tenía como una forma de reloj de arena. Y pues me puse triste :( Pero igual lo llamé Carloto. Total, dijo:
-Ya vengo, voy a saludar a Oscar y de pasada voy y la suelto allá por el río Sacramento o por aquellas partes.
Y pues se fue.

Más noche, cuando regresó a la casa tenía cara como de niño pingo. Y así, sin dejar pasar más tiempo nos contó cual había sido el destino de Carloto.
Resulta que como Oscar tenía algo importante que decirle y le urgía verlo, decidió primero pasar con él. Ese día como el carro se había descompuesto, no furulaba, traía un Atos plateado que había rentado, y como no quería llevarse ninguna clase de sorpresita mejor no dejó el bote con la araña dentro. Dijo que bajó, miró para todos lados y vio que no había nadie cerca y como que no quiere la cosa se agachó y dejó el bote debajo del carro, pegado a una de las llantas y se aseguró de que a simple vista nadie lo notara. Y ya. Pues resulta que a la media hora aproximadamente regresó al auto, se subió, lo prendió... y se acordó de Carloto, pero cuando se agachó a tomar el bote ¡ya no estaba! OMG! ¡Alguien se había robado el bote de nieve con Carloto adentró! ¡ALGUIEN HABÍA SECUESTRADO A CARLOTO!
Mi papá pues buscó, pero no había nadie al rededor; debió de haber sido algún malandro que vio que algo dejaba abajo y por curioso, metiche, lacra el cuate, pues se llevó el bote. Y pues ni pex, se regresó a la casa, medio agüitadillo porque no sabía qué habrían hecho con el tarántulo al descubrirlo pero a la vez le causaba diversión la idea de la sorpresita que se habrían llevado.

A mi nada más me hubiera gustado ver la cara que puso quien sea que rapto al tarántulo al abrir el bote y encontrárselo jeje.

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