martes, 21 de octubre de 2014

♪ La Puerta es el Amoooo-ooohhh-oooor ♫




¡Hola gente! Buenas... madrugadas.

Tenía rato sin actualizar este espacio, y ofrezco una sincera disculpa por ello; siempre que estaba dispuesta a compartirles alguna nueva anécdota... me quedaba dormida. Pero hoy, por fin, he decidido desvelarme para dejar una entrada más (cortita,pero pss ¡bah!). Porque otra vez me quedé dormida. Pero bueno, va.

Esta tarde, cuando al regresar del trabajo mi mamá me pidió que fuera a la tienda, recordé algo que me sucedió hace ya como... tres o cuatro años.

Un verano, después de hacer una rápida visita a mi mamá en la lavandería en la que trabajaba, mi papá y yo nos encaminamos a la tienda con específicas instrucciones sobre qué comprar y como prepararlo para tener una comida decente cuando ella llegara a casa. Total, que mientras atravesábamos el estacionamiento de "Super el Mirador" (saben de cuál les hablo ¿no? ¡JA!) una pequeñita super bonita nos interceptó. No tendría más de ocho años, era rubia y de ojos verdes, bien chula ella, con un vestido que, si mal no recuerdo, era color rojo con verde-pinodenavidad (no sé, así me pareció). Se nos acercó y con un acento raro me dijo:

-Amiga, te leo la mano a cambio de una moneda.

Entonces caí en cuenta; a unas cuadras de ahí, justo frente a donde mi mamá trabajaba, vivían un grupo de gitanos húngaros que, curiosamente ¿verdá? era fácil encontrarlos a la salida del super o del Oxxo ofreciendo sus servicios de quiromancia. Y la chiquitina frente a mi era hija de alguno de ellos.

Sonriendo aunque con pesar le dije que no traía (o sea, traía, pero no para eso cosas) y me dispuse a continuar con mi camino. Pero se volvió a parar frente a mi impidiéndome el paso.

-Ándale amiga, para un refresco aunque sea-dijo fingiendo pena y tristeza y dolor.

"Para un refresco aunque sea". Perdón, pero los refrescos, aún en esos tiempos, no costaban menos de $5 pesos. "Para un refresco aunque sea", ¡¿pretendía que le pichara también las papitas o que pex?! Volví a negarme y ella insistió. A mi papá le causó ternurita, y poniéndole una mano en la cabeza le preguntó:

-¿Cuántos años tienes?

-Ánda, puedo decirte tu futuro-le contestó, evadiendo su pregunta.

-¿Sabes?-continuó mi papá-Yo también puedo decirte tu futuro sin tener que leer tu mano; con sólo ver tus ojos puedo saber tu futuro y tu pasado.

La niña lo miró... raro, como... raro, y contestó.

-Sí, bueno, pero yo de verdad SÍ sé leer la mano, yo NO estoy diciendo mentiras.

Entonces mi papá, ofendidísimo el niño, ¡digo! el señor, me miró con los ojos como platos y dijo:

-¡No me cree! Acaba de llamarme mentiroso.

-No-contestó la niña-pero es en serio. Amiga-dijo ahora dirigiéndose a mi y con la mano de mi papá aún sobre su cabecita-vamos, tú me das una moneda y yo te digo que viene más adelánte para ti.

Mi papá sólo rió y le repitió que no llevábamos cambio en ese momento, que tal vez a la vuelta ("TAL VEZ"). Paso su brazo sobre mis hombros y me instó a caminar. Obedecí, a fin de cuentas lo único que quería era ya largarme de ese estacionamiento en el que se me estaba tostando el cerebro con el tremendo sol que hacía, pero mientras nos alejábamos escuché a la pequeñita gritar:

-¡Anda amiga! Veo en tu frente que el romance se acerca. Se te ha abierto la puerta del amor, ¡la puerta y el amor!

Les juro, sus últimas palabras me dieron curiosidad. Pero como dije, no traía monedas para esas chorradas, así que lo dejé pasar.

Y vaya que hice bien, ¡¡maldita gitanita embustera!! Que si una puerta parece entreabrirse para luego cerrarse en mis narices es la del amor jajajaja. 

Y luego pensé en el cuate de la corbata roja que iba todos los días y me sacaba plática y se esperaba quince minutos después de haber terminado su comida para que yo terminara mi ensalada y me parara a cobrarle (o simplemente no tenía ganas de escuchar las quejas sobre las tarjetas banamex que le soltaba mi jefa cada vez que pagaba con la suya), que cantaba conmigo las canciones de Juan Luis Guerra y Pandora, que el primer día que lo conocí me dijo "el clima está rico ¿no te parece? Nublado, como para salir en pareja y pasear por la plaza... ¿sabes cómo?", el que dejó hablando sola a la muchacha con la que fue a comer para pararse a saludarme en la barra, el que interrumpió a su compañero de trabajo cuando este quiso sacarme plática y lo "invitó" amablemente a tomar asiento de una buena vez mientras él me preguntaba por mi jefa, y de como... de pronto ya no volvió. ¡Malajos pa' la güerita mentirosa! Oiga usté, lo que es querer sacarle a uno una soda.


4 comentarios:

  1. Igual y la pequeña gitana al ver que la habías ignorado te echó encima un mal de ojo, o algún maleficio de gitana, para alejar el amor. No, es mas probable que sólo te quisiera sacar una moneda.

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    1. Jajajaja... jamás lo había pensado...

      ¡¡Niña desgraciada!! Ahora todo cobra sentido.

      Gracias por tu visita y tu comentario :)

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  2. ¡Jajajajaja! Esas niñas son así, tramposas y embusteras D:
    Que bueno que no caíste en su triquiñuela xD Pero que mal por el cuate de la corbata roja :c Ojalá al rato llegue uno de mochila y corbata azul, bien chulo el condenado =3
    Saludos :)

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    1. Jajajajaja, gracias por el comentario y los buenos deseos.

      Afortunadamente no traía monedas cuando la chiquitina me abordó, porque si no... ahora me sentiría muy desgraciada y estafada.

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