Se sentía eufórica, ¡exasperada! En verdad no lo podía creer.
-Vamos, ¡es de lo más común! Como si yo fuera la única que se ha enamorado perdidamente de su... maestro de... música.
Sus amigas la miraban con la boca abierta, como entre sorprendidas y espantadas.
Entonces lo comprendió: ninguna de ellas había tomado clases de música anteriormente...
Y si cualquiera se entera, ¿qué importa? A fin de cuentas no paso nada malo. De hecho no pasó nada.
;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Testimonios de lo aqui escrito: